Inducción de parto

18 Jul, 2019 | Milagros Molina Ibáñez | No Comments

Inducción de parto

Muchas veces no queda otra opción. Lo ideal es que una mujer se ponga de parto sola, que el bebé diga que está listo y el proceso fluya. Pero a veces no es posible y se necesita finalizar la gestación para evitar riesgos.

Existen diversas causas: que el bebe no crezca bien dentro de la barriga, que hay sospecha de infección intrauterina, que la tensión arterial de la mamá este descontrolada, que se haya roto la bolsa más de 12 horas sin que se haya desencadenado la labor de parto por si sola, la gestación se ha alargado demasiado, etc.

Existen condiciones más o menos urgentes de indicar la finalización, pero muy pocas son las que derivan directamente en una cesárea, salvo la condición del bebe y la mamá sea muy malo que no pueda permitir intentar un parto. Y ahí está el kit de la palabra, decimos intentar, porque hay que ser realistas y saber que el 25% de las mamás primerizas que empiecen con inducción acabaran en cesárea.

Es importante transmitir esto a nuestras pacientes para que estén preparadas física y mentalmente y que no sea un shock si ocurre.

Los métodos de inducción son diversos, pueden incluir desde medicación vaginal hasta una sonda para dilatar el cuello, y son lentos. El estrés y las prisas son las peores compañías de la oxitocina, hormona del amor, que necesitamos para parir. Por lo tanto a veces el proceso completo puede durar más de 24 horas. Y requiere ingreso hospitalario para monitorización materno fetal intermitente.

El año pasado apareció un estudio en el que la inducción a las 39 semanas se puede ofrecer sin tener riesgo de complicaciones mayores e incluso puede disminuir la tasa de cesáreas comparado con esperar a las 41 semanas. Es un tema controversial, pero actualmente se puede ofrecer a las mujeres y ellas decidir si lo desean intentar o no. Lo ideal es conversarlo con tu obstetra para que te diga las opciones que tienes.

Yo también tuve una inducción de parto a las 40 semanas, esta foto es de la noche antes, cuando ingresamos al hospital. 22 horas después ya tenia a mi gordito conmigo. Mucha ilusión y nervios en nuestras caras.

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